Síganme los buenos:
Subido el 29 de Diciembre de 2016
Título del libro: El Común Denominador del Éxito
Libro-en-una-frase
Para convertirse en los dueños de nuestros gustos y disgustos hay que entregarnos a nuestro propósito de vida
Mi Resumen (audio)
Introducción
Este ensayo fue escrito para un grupo de vendedores de seguros de vida, pero definitivamente aplica para todo el mundo—independientemente de la profesión. Es más, después de leer este resumen se darán cuenta que nuestro éxito es completamente independiente de nuestra carrera. En la década de los 30, Albert Gray estaba a cargo de un grupo de vendedores, y se propuso enseñarle a estos jóvenes la fórmula para ser exitosos. El problema es que cuando se sentó a escribirles algo, no pudo...Se dio cuenta que ni siquiera él mismo sabía el secreto del éxito—y decidió aventurarse a encontrar el común denominador del éxito. En su búsqueda, leyó un montón de biografías y libros de superación personal1 y se dio cuenta que el secreto está en “hacer las cosas que a los fracasados no les gusta hacer.”
¡Eso es todo! Esa es la esencia del libro. “Hacer las cosas que a los fracasados no les gusta hacer”
Pero detengámonos a pensar un poco en lo que esto significa. No quiere decir que si hacemos un montón de cosas que no nos gustan vamos a ser exitosos. Basta con mirar a un par de personas exitosas para darnos cuenta que a muchos de ellos les encanta hacer lo que hacen. A lo que Albert se refiere es a las cosas cotidianas, esas cosas que (la verdad) a nadie le gusta hacer. Él dice que no las quiere mencionar porque son muy obvias, pero me imagino que pueden ser cosas como:
A la mayoría de la gente no le gusta hacer estas cosas, ni siquiera pensarlas. Pero a las personas exitosas no les molesta hacerlas, e incluso desarrollan un gusto por hacerlas. Cuando se llega a ese punto, esas personas se han convertido en los dueños de sus gustos y sus disgustos. Esto se logra teniendo un propósito mayor, ese “propósito” es lo que hace que todas esas cosas fastidiosas parezcan naturales o incluso agradables.
La palabra propósito es clave, porque nos da una fuerza de voluntad tremenda. Es algo que se ve al final del camino, muchísimo más importante que nuestra satisfacción, y hace que todos esos obstáculos del día a día pasen a un segundo plano. Hace que nos traguemos las píldoras que nos da la vida ¡como si fueran gomitas!
Mi aporte
En serio ¿Ustedes creen que a un artista exitoso le gusta pasar horas y horas luchando para obtener ese detalle minúsculo? ¿Creen que a un programador le gusta pasar noches enteras escribiendo algoritmos escalabrosos? ¿Creen que un padre le gusta limpiar pañales cagados día tras día? ¡No! ¡No les gusta! Pero aquellos artistas, programadores, y padres exitosos no se desalientan por estas cosas, su propósito es mucho más importante que esas molestias.
Mi ejemplo de padres es bastante interesante. Porque si lo miramos por el lado biológico, ser padres es una de las cosas que los humanos sabemos hacer mejor—siete mil millones de humanos son evidencia (diría yo). O tal vez debería decir que somos muy buenos en garantizar la supervivencia de nuestros chiquitos, en vez de ser buenos padres—ser buenos padres depende de muchas otras cosas. Pero de cualquier forma, durante esta actividad de crianza hay un propósito mayor. El cual es, asegurarnos que ese niño(a) sobreviva para que nuestros genes sigan adelante—y está escrito en nuestro ADN. Claro, es un propósito subconsciente. Es instinto por decirlo de alguna forma, pero ¡si que funciona! Hace que todas esas pataletas, griterías, y cagadas, las aguantemos como si nada, y nos alienta a hacer sacrificios inmensos sin que nos demos cuenta de que son sacrificios, ¡simplemente los hacemos!
Otro ejemplo de personas con propósito es la religion. Hay un sinnúmero de figuras históricas que le dedicaron la mayor parte de su trabajo a un Dios. Y les funcionó, les dió un propósito que para ellos era muchísimo más grande que ellos mismos, ¡más grande y poderoso que cualquier cosa en el universo!2
Para mi, uno de los momentos históricos más representativos de un propósito colectivo fue la revolución estadounidense. Cada vez que leo sobre los fundadores de los Estados Unidos, me asombra que todos y cada uno de ellos eran absolutamente brillantes—y supremamente exitosos en todos los aspectos de sus vidas. Cuando pienso en esto se me viene a la cabeza la siguiente pregunta: ¿Cuál es la probabilidad de que tantas personas brillantes hayan nacido en el mismo lugar y en la misma época? Pero esa no es la pregunta correcta. La pregunta es: ¿Qué sucedió durante esta época para que se moldearan tantas mentes brillantes? Y la respuesta es precisamente la represión de la Corona Inglesa. Eso fue lo que los llevó a pensar diferente y a tener el coraje de hacer cosas que nadie más quería hacer. Pero el propósito no era sólo la revolución, ni mucho menos solo vencer al rey Jorge III. Ellos estaban pensando mucho más allá de los próximos 25 o 50 años, más allá de sus hijos y sus nietos. Su propósito era establecer un sistema de gobierno, diferente a la Corona, para que la libertad y la unidad en la colonias durase por siglos. ¡Siglos! ¿Se dan cuenta de lo grande? Ese propósito hizo que todas las batallas, y las largas horas de escritura y convenios (que parecieran nunca terminar) fueran tolerables. Ese propósito colectivo forjó las mentes y las vidas de algunas de las personas más excepcionales de la historia.
Conclusión
Pero bueno, de vuelta al ensayo. Una de las cosas que Albert nos deja claro es que nuestro propósito no debe ser lógico, es más, él cree que nuestro propósito debe ser sentimental. Porque la pasión y las emociones son lo que nos hacen prosperar y hacer cosas grandiosas. Tener dinero, adquirir posesiones, conseguir un buen trabajo, incluso tener una familia no es suficiente3. ¡Tenemos que pensar en grande!
Esto no pudiese ser más cierto. Todas las figuras históricas han tenido un propósito que sobrepasa sus metas y logros ¡por lejos! Sus acciones fueron impulsadas por algo mucho más grande que ellos mismos. Y les aseguro que ese propósito NO era tener mucho dinero y poder.
En mi casa yo tengo este librito sobre mi mesa de centro y le hecho un vistazo de vez en cuando. Es corto, pero no dejen que eso los engañe, el mensaje es increíblemente poderoso y les va a resonar de formas distintas dependiendo del momento por el que estén pasando en sus vidas.
¡Pregunta!
Me encantaría saber sus propósitos de vida. El mio todavia necesita un poco de forma, sé que quiero ser un educador y un científico, pero quizás ustedes me pueden dar la inspiración que necesito para terminar de esculpir mi propósito. Entonces ¿Cuál es tu propósito? Pueden responder en los comentarios abajo o pueden twittear usando el #preguntaCDE
¡Eso es todo! Corto y simple ¿Cierto? Un millón de gracias por leer, y no se olviden de leer más. Pero no lean libros solo para decir que los leyeron. ¡Lean conscientemente! Y escriban, ya que es la única forma de que lo aprendido permanezca sólido en la mente.