Síganme los buenos:
Subido el 29 de Diciembre de 2016
Título del libro: Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva (continuación)
Victorias Públicas
Bueno, en la página anterior estuvimos viendo los tres hábitos de las victorias privadas, básicamente (1) controlar nuestras acciones, (2) definir nuestras metas y (3) asignar prioridades. ¿Facil no? Pero de aquí en adelante vamos a empezar algo un poco más dificil: Las victorias públicas—nuestras relaciones e interacciones con los demás.
Stephen nos dice que a pesar de que a todos nos encanta ser independientes, y que desde pequeños nos enseñan a serlo, en realidad somos inter‑dependientes. Es prácticamente inevitable depender de otras personas, los humanos somos animales sociables. Y lo que hemos aprendido hasta ahora con los hábitos uno al tres son apenas pasitos de bebé. ¡Ser interdependiente está a otro nivel! Porque es allá afuera (en medio de nuestras relaciones) donde crecemos más, donde aprendemos más, donde contribuimos muchísimo más y recibimos los mejores méritos. Desafortunadamente… es allá afuera donde también podemos lastimarnos más. Por eso el balance P/CP es aún más importante de aquí en adelante, y en este caso Stephen usa la metáfora de una cuenta corriente. En esta cuenta, nuestras relaciones con los demás y la salud de esas relaciones depende de cuanto depositamos y cuanto retiramos.
Stephen habla de seis depósitos importantes que podemos practicar día a día para tener relaciones más saludables, yo voy mencionar dos:
El primer depósito se trata de mostrar integridad. En otras palabras mostrar respeto por sí mismos, y respeto por los demás. Si no practicamos estas cosas nunca vamos a ganarnos el respeto de los demás. La forma en que tratamos a otras personas es directamente proporcional al respeto que vamos a recibir. Si yo me pongo a hablar mierda de otra gente y a ignorar a aquellos que necesitan mi ayuda, o si trato a la gente de formas condescendientes, nadie nunca me va a respetar—mucho menos van a confiar en mi. Dicen por ahi que es más dificil ganarse la confianza de alguien que ganarse su amor. Esto no pudiese ser más cierto.
El segundo depósito en la cuenta de nuestras relaciones se trata de disculparse con sinceridad. Las disculpas tienen un impacto tremendo en las personas (si se hacen de forma sincera), y pueden transformar un retiro en un depósito fácilmente. Piensenlo bien, ¿cada cuanto nos disculpamos de verdad? y ¿cada cuanto dejamos pasar esa oportunidad por culpa del orgullo?
Bueno, antes de entrar en el cuarto hábito, déjenme contarles una de mis frases favoritas sobre las relaciones con otros. La dijo Dag Hammarskjöld, el segundo Secretario General de las Naciones Unidas: “Es más noble entregarse completamente a un solo individuo que trabajar diligentemente para salvar a las masas.” Piensen en esto, y la próxima vez que sientan que quieren salvar al mundo… no lo hagan. Ayuden a sus hermanos, a sus vecinos, a sus amigos.
Hábito 4: pensar ganar/ganar
En inglés es muy común este término: “win/win”. Se trata de una situación en donde todos ganan, y suena un poco cliché ¿no? Pero no lo es. Hay una razón fundamental por la cual se nos dificulta tanto pensar en ganar/ganar. Y es porque mientras creciamos, prácticamente nos programaron a pensar ganar/perder… En los deportes ganar/perder, en el colegio ganar/perder, en el trabajo la misma mierda, ¡que desgracia! ¡Que manera más inútil de vivir la vida! Nadie puede vivir feliz pensando en que si no “ganan”, de alguna forma van a terminar siendo despedidos, rechazados, o olvidados. Pensar ganar/ganar nos da muchísima libertad y satisfacción y aun asi raras veces lo hacemos, porque la sociedad nos ha convertido en máquinas de ganar/perder.
Para romper ese patrón, Stephen dice que debemos tener una mentalidad de abundancia. Esta es una de las cosas que más me gustaron de este libro. Él dice que la razón por la que la gente no puede pensar en ganar/ganar es por que tendemos a asumir que hay muy pocas cosas en el mundo para nosotros. Pocos trabajos, pocas becas, pocas oportunidades. ¡Pero caramba! Abramos los ojos, ¡el mundo es gigante!
Tomemos esta mentalidad de abundancia y libremonos de nuestras tendencias a ganar/perder—o hasta de perder/ganar y perder/perder. ¡Ganar/ganar o nada! Ayudemos a los demás y al mismo tiempo ayudémonos a nosotros mismos siendo interdependientes. ¡Emancipemonos de la esclavitud mental de la escasez! 1
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Si, una parte de esa frase me la robe de Redemption Song (Bob Marley) ↩
Hábito 5: Busca entender, y luego ser entendido
Este es el que más me cuesta trabajo. Y es tan simple como suena, ¡escuchemos a los demás! Pero en serio… ¡escuchemos a los demas!
A todos nos encanta dar consejos ¿cierto? Nos encanta decirle a los demás lo que tienen que hacer. Pero ni siquiera nos hemos tomado el tiempo de entender su situación. Hay un ejemplo que me encanta en el que Stephen nos cuenta lo que pasaría si alguien va al oftalmólogo y el doctor se quita sus propios anteojos y le dice al paciente que se los ponga. El paciente los toma y dice “Todavía veo borroso, Doc, estos son sus anteojos…” El doctor luego le dice “¡Ánimo! Tu puedes, ¡piensa positivamente!”—Obviamente el paciente confundido (y un poco ofendido) le dice al doctor que ¿cómo se le ocurre decir eso? Y el doctor frustrado le dice “La verdad no se cual es su problema pero usted tiene que cambiar su actitud…”.
Esto es exactamente lo que hacemos cuando damos consejos, estamos recetándoles nuestra autobiografía, diciéndoles (o más bien restregandoles en la cara) lo que nos funcionó a nosotros. Pero lo mas seguro es que el problema que esta persona tiene es único—en todos y cada uno de sus aspectos—y nuestra solución simplemente no es válida.
Una mejor alternativa es simplemente escucharlos, entender de donde vienen, cuales pueden ser las barreras que ellos tienen y que nosotros no. Cual es su estado mental, económico, social, y de madurez. Solamente después de todo esto nos daremos cuenta que nuestra solución NO es universal.
Pero lo bueno de todo esto es que si simplemente cerramos la boca y escuchamos, la mayoría de las veces la persona llegará por sí sola a la una solución. Aveces lo que necesitan es poner las cartas en la mesa, y recogerlas una por una—para encontrarles el sentido. Y lo que hacemos al darles consejos es revolverle las cartas y arrojarselas en la cara [diciendo] “esto es lo que tienes que hacer.”
Hábito 6: Sinergizar
Este es sumamente potente, es aquí donde toda esa mentalidad de ganar/ganar, esa confianza, ese respeto hacia nosotros y los demás, y ese autocontrol se enganchan el uno al otro, y el todo es más que la suma de las partes.
Elon Musk (el CEO de SpaceX y Tesla) dice que tenemos que rodearnos de gente brillante para hacer cosas brillantes. Y me parece que también es importante rodearnos de gente diferente a nosotros—ojala con valores similares—pero con opiniones distintas. Porque esas son las personas que nos van a dar perspectivas que nunca hubiéramos imaginado. Como dijo Friedrich Nietzsche “la forma más fácil de corromper a los jóvenes es decirles que aquellos que piensan igual a uno merecen más respeto que aquellos que piensan diferente”. Por eso debemos abrir nuestras mentes a las ideas de los demás, y la sinergia vendrá por sí sola.
Opiniones diferentes y diversidad son esenciales para que un grupo de personas se transforme de algo ordinario a algo excepcional. Y si aceptamos opiniones diversas, y exponemos nuestras creencias abiertamente a críticas constructivas todos los días, vamos a tener muchísimas más probabilidades de lograr algo grandioso.
Hábito 7: Renovación
Este es el que más me gusta. Porque cae como anillo al dedo con todos mis rituales bobos y mis disciplinas. Hacer ejercicio, meditar, comer bien, dormir bien, charlar bajo las estrellas, visitar a mi familia, leer, escribir, etc, etc. Todos estos hábitos de renovación nos recargan las baterías y nos ayudan a sobrepasar cualquier problema. Este hábito habla de ser una persona íntegra, de alimentar nuestra parte social, nuestra parte espiritual, nuestra mente y nuestro cuerpo. Habla mucho sobre la lectura, de hecho es por eso que empecé esta pagina de internet. También al leer esto empecé a llamar a mi familia más a menudo. Y no se imaginan la manera en que esa simple llamada me enriquece la vida.
¡Y listo! Esos son los Siete Habitos de la Gente Altamente Efectiva. Les recomendaría que los agreguen a su biblioteca, de seguro les va a mejorar la vida. Y ojalá los lean cada cinco años, pero quién soy yo para dar consejos, ¿cierto?
De cualquier forma, como les comenté en el video, yo leí este libro cuando tenía unos quince años y me cambió la vida, luego lo leí otra vez a mis veinti‑pico y me cambió la vida otra vez… ¡Dos veces! Esta es la clase de libros que quiero seguir resumiendo en mis escritos.
¡Pregunta!
Desarrollar un hábito quiere decir hacer conscientemente alguna cosa de forma periódica para llegar a una meta mayor ¿cierto? Y casi todos los hábitos que pueden mejorar nuestras vidas son muy simples. Por ejemplo: ejercitarnos al menos 30 minutos por día, acostarse antes de las 11 pm, tomar agua en vez de soda, no dormir con la TV prendida, no dormir de más, no comer de más, etc. Mi pregunta es: ¿Por qué será que es tan difícil introducir a nuestras vidas estos hábitos que a primera vista parecen simples? ¿Será que los hábitos son mas complejos de lo que parecen? ¿O será que los resultados no hacen una diferencia significativa y dejamos de hacerlos por su ineficiencia? Pueden responder en los comentarios abajo o pueden twittear usando el #pregunta7habitos.
Bueno, un millón de gracias por leer, y no se olviden de leer más. Pero no lean libros solo para decir que los leyeron. ¡Lean conscientemente! Y escriban, ya que es la única forma de que lo aprendido permanezca sólido en la mente.