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Subido el 29 de Diciembre de 2016
Título del libro: Washington - Una Vida (Parte 1)
Libro-en-una-frase
¿Miedo?... ¿Qué es eso?
Mi Resumen (audio)
Introducción
George Washington nació en 1732...El problema que yo tengo con esto, es que cada vez que leo algo que empieza con una fecha, pierdo el interés inmediatamente. Muchas veces es porque no estoy familiarizado con los eventos historicos al rededor de esa fecha y (en medio de mi ignorancia) me da rabia le echo la culpa al texto. Entonces déjenme poner las cosas en perspectiva antes de que todos perdamos el interés ¿Que significa 1732? Pues:
Entonces, George Washington nació en una época donde Reyes Europeos arrogantes controlaban todo lo que sucedía en América, una época en donde la velas y las fogatas eran las únicas fuentes de luz hechas por el hombre, una época en que la comunicación entre ciudades sucedía a la velocidad del caballo, y una época en donde la gente ni siquiera sabía lo que era un dinosaurio.
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Este en particular me asombra, imaginense vivir un mundo en donde nadie sabe lo que fue un dinosaurio↩
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En serio, no estoy bromeando↩
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Nadie le llama así, simplemente es que quiero hacer énfasis en que todas las figuras históricas en algún punto de sus vidas no fueron tan grandiosas, y en que gran parte de su éxito fue gracias a la suerte.↩
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Pronunciado Dinwidi↩
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Soldados que abandonan sus responsabilidades↩
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O la inoculación, como se le llamaba entonces↩
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Dos de los empresarios más exitosos del siglo XXI↩
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A menos que su nombre sea Alejandro Magno↩
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Pronunciado feir-fax↩
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Pronunciado maunt vernon↩
Una infancia dificil
Pero bueno, George era el hijo mayor del segundo matrimonio de su padre, y su padre murió cuando George tenía 11 años—lo cual lo responsabilizo casi totalmente de la crianza de sus hermanitos menores ya que su madre era una desgraciada2. Es más, me parece que fue ella la que hizo de George una persona estoica que escondía sus sentimientos de todo el mundo. Su madre nunca le mostró apoyo en cuanto a sus decisiones de vida, y de hecho lo criticaba abiertamente. Entonces, como su madre era una desgraciada, y su padre estaba muerto, casi toda su inspiración de joven la obtuvo de sus hermanastros, especialmente de Lawrence, un joven Ayudante General al cual le encantaba entretener a su hermanito (George) con historias de guerra y crónicas de sus propias hazañas militares.
Retrato de Lawrence Washington, hermanastro mayor de George Washington.
Foto bajo el Dominio Público via Wikimedia Commons
Los Washingtons tenían bastante tierra y dinero, pero les faltaba ese ‘toque’ político y social que se necesitaba para pertenecer a la sociedad elite de Virginia. Ese toque lo obtuvieron mediante el casamiento de Lawrence y Anne Fairfax—la hija de un Coronel llamado William Fairfax9. Fue esta amistad con los Fairfax la que elevó a los muchachos Washington al tope de la sociedad en Virginia.
Midiendo 1.82 metros (aunque aveces solía pensarse que era más alto por su figura y presencia), George se convirtió en un joven apuesto y saludable. Aunque no debemos olvidar que este es el siglo XVIII, y las enfermedades estaban en todos lados. Cuando joven, ‘Jorgito‑el‑suertudo3’ sobrevivió la pleuresía, la malaria, la disentería, y la viruela—todas adquiridas en un periodo de dos años. Desafortunadamente su hermano Lawrence no corrió con la misma suerte, murió de tuberculosis cuando George tenía 20 años. Fue una muerte muy trágica, pero esta pérdida era el espaldarazo que George necesitaba para entrar al ejército—ya que hasta ahora solo había sido un topógrafo y sus sueños militares eran apenas vividos mediante los cuentos de su hermano.
El General atolondrado
George entró a ser un ayudante distrital para el ejército provincial de Virginia a los 21 años en 1753. Y hubiera sido un excelente General durante la Guerra franco-india si no hubiera sido por las situaciones tan desafortunadas que lo rodearon en sus próximos cinco años (justo antes de que la guerra empezara).
Por cinco años George la cagó en casi todas sus tareas—claro que para ser justos, no todo fue su culpa. Constantemente le daban más de lo que podía manejar. Por ejemplo, en una de sus primeras responsabilidades, el Teniente Robert Dinwiddie4 le pidió a George que se fuera en una expedicion hacia lo que hoy en día es Ohio, y que le dijera a las tropas Francesas que se retiraran. Mala idea, especialmente porque Dinwiddie le concedió la opción de usar las armas si era necesario.
George avanzó a través de esta selva congelada y hostil, armado con su corta experiencia militar y acompañado de un pequeño ejército (asistido por un grupo de indios traicioneros). Después de unos días, se encontraron con una campaña de tropas Francesas (como era de esperarse) y la situación rápidamente se tornó en una balacera de 15 minutos en la cual fue dado de baja un ciudadano Francés que llevaba consigo un mensaje diplomático, ¡tremendo error!
La noticia resonó hasta Inglaterra, y le dio a George la reputación de un joven General atolondrado del ejército provincial—dándoles a los Británicos una razón más para odiar a los ejércitos provinciales.
Un par de días después los Franceses respondieron al ataque, y George escogió uno de los peores lugares para defenderse, llamado Fort Necessity. Mucha sangre provincial fue derramada aquel día, pero Jorgito‑el‑suertudo resultó ileso. Lo obligaron a rendirse, y para peor de males (con respecto a su reputación), aceptó firmar una declaración traducida a medias en donde confesaba haber asesinado a drede al Francés con el mensaje diplomático… ¡Ay Jorgito!
Derrotado y humillado, se retiró del ejército por un par de meses. Pero afortunadamente su reputación pronto dio un giro de 180 grados. La gente empezó a decir que las probabilidades de que George aún se encontrara vivo después de esta situación tan desventajosa (Fort Necessity), era testamento del buen soldado que era—y muchos afirmaban que cualquier otra persona en esta situación le hubiera ido peor. Esto le dio nuevos ánimos a George, y lo llevó a aplicar para ser un Edecán (ayudante de campo) bajo el Mayor General Edward Braddock, esta vez parte de la armada Real, no de los pinches ejércitos provinciales.
Retrato del Mayor General Edward Braddock, Comandante de la Armada Real a la cual George pereneció
Foto bajo el Dominio Público via Wikimedia Commons
La debacle de Fort Necessity le habia enseñado a George una lección importante: que los Franceses habían aprendido a atacar como los indios—usando técnicas sigilosas incluso en malas condiciones climáticas—muy diferente a la batalla (estúpida) a campo abierto que tanto amaban los europeos. George le advirtio a Braddock de esto, pero su advertencia sólo empeoró las cosas. Pasaron noches en vela ideando formas de contrarrestar (o siquiera detectar) los ataques, y la estrategia se tornó tan compleja que un día dos grupos de soldados se toparon en una densa neblina (ambos del ejército de Braddock) y en medio de la paranoia terminaron disparandose a sí mismos. Treinta hombres perdieron la vida...
Luego, durante un ataque (esta vez de verdad) por parte de los Franceses, trescientos soldados de la Armada Real fueron dados de baja—comparado con sólo veintitrés soldados Franceses muertos. En uno de estos ataques Braddock murió, pero Jorgito‑el‑suertudo nuevamente siguió ileso y cabalgando por entre las balas sin miedo alguno (algo por lo que se volvió famoso). La gente empezó a difundir el mito de que George era inmune al plomo—nuevamente confirmado en la opinión pública, que este hombre tenía que ser múy habilidoso para poder salir con vida de estas dos tragedias inevitables.
Con la muerte de Braddock, George Washington, a los 23 años, fue nombrado el comandante supremo de las fuerzas militares de Virginia. Apesar de ser tan joven, George sabía muy bien la responsabilidad y el rol ejemplar que debía adoptar. Constantemente auto-superándose, George hizo todo lo posible para que sus tropas se comportaran (y se vieran) como verdaderos profesionales. Pero lamentablemente su ejército nunca estuvo a la talla—algo con lo que tuvo que lidiar incluso durante la Revolución.
El problema no era que sus expectativas eran muy exigentes, no, era simplemente que estos jóvenes soldados eran una cantidad de borrachines granujas que apenas podían vestirse. Había una falta de disciplina total y a George le tocaba lidiar constantemente con desertores5. Para empeorar las cosas, George solía tener encontronazos con sus superiores constantemente. Rogandoles por mejores tropas, más comida, y ropa decente. Pero esto se le era negado una y otra vez.
El empresario
Lentamente George se fue cansando. Estaba hasta la coronilla de toda esta burocracia militar que crecía a medida que la Guerra franco-india se acercaba. Y fue alrededor de esta época en que George conoció a Martha Custis. Esta mujer sabia (y no tan bonita), aprendió rápidamente como encajar en la vida compleja de George—y viniendo también de una familia elite, Martha era perfecta para el futuro padre de los Estados Unidos. Al conocer a Martha, George reflexionó un poco más sobre su vida, sobre sus luchas constantes, y la mala suerte que había tenido durante toda su carrera militar. Todo este cargo de conciencia lo llevó renunciar (a los 27 años de edad) y volverse un plantador de tiempo completo.
Martha Custis Washington cuando joven (engravado en acero).
Foto bajo el Dominio Públuco via Wikimedia Commons
En retrospectiva parece que este joven General había adquirido toda la valentía y el coraje que necesitaría más adelante en la Revolución, y ahora necesitaba unos años para acumular su sabiduría—prepararse políticamente y moralmente. Este par de décadas como plantador hicieron de George un genio económico-político. Se transformó en una persona supremamente disciplinada y dedicada, tomando nota de todas y cada una de sus acciones—casi como si supiera que por el resto de la historia, el mundo entero escucharía de su vida—y llevaba un expediente impecable de todos sus cultivos, esclavos, tierras, y sus negocios. También estaba muy consciente de el aura que parecía relucir a su alrededor cuando se subía a su caballo y montaba alrededor de su granja todas las mañanas (sin falta y exactamente a la misma hora) para mantener a sus trabajadores motivados.
George también se destacó en campos que podrían ser considerados científicos. En su granja se practicaba la vacunación6—en una época en donde ni siquiera se entendía bien cómo funcionaba—y tomaba excelente cuidado médico de sus esclavos. George hasta experimentó con especies cruzadas como las mulas y ciertas mezclas de plantas en donde él mismo rociaba el polen de una flor en el canal reproductor de otra. Hasta creó su propia raza de perro, el Sabueso Americano (o American Foxhound).
George se la pasaba para arriba y para abajo como pueden ver, pero a pesar de estar tan ocupado, no parecía tener ningún problema con sus asuntos personales. Ni siquiera con todas las necesidades que vienen de la mano de poseer tantas tierras y de tener familias tan exitosas, como el peso de la deuda y la necesidad de mantener el estatus social. Su casa (conocida como Mount Vernon10) se convirtió en un organismo metabólico, recibía visitantes constantemente, exportaba bienes desde y hacia Inglaterra, tenía una población de esclavos en aumento, y una granja que se expandía sin cesar. Con tanta gente, George desarrolló una habilidad impresionante para lidiar con conflictos interpersonales, y aprendió a influenciar a las personas mediante el ejemplo o incluso con el simple hecho de estar cerca de ellas—su silencio se convirtió en su arma más letal.
Me parece que lo que George hizo con su propiedad fue lo que Warren Buffett o Carlos Slim hubieran hecho si hubiesen nacido en esa época7. George era un visionario. Siempre queriendo más bienes y más tierras, pareciera nunca estar satisfecho—el problema es que la expansión de tierras era su único propósito en la vida, y uno no entra a la historia a punta de expansión de tierras8.
Afortunadamente para George, Inglaterra pronto le daría un propósito mayor. Los ingleses no tenían ni la mas minima idea (obviamente), pero nunca debieron meterse con el bolsillo de George Washington, lo pagarían con sangre.
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